top of page

La friendzone

  • Por: Ricardo Mirada
  • 31 ene 2018
  • 4 Min. de lectura

En la cultura popular, la friendzone (anglicismo que se traduce como zona de amigos), es una relación entre dos personas donde una se enamora y la otra no, haciendo esa relación difícil, pues no se buscan los mismos objetivos, uno requiere amor, compañía, y afecto, mientras que el otro busca amistad.

El día de hoy les platicaré sobre una ocasión que me mandaron a esa "Zona fantasma", aunque yo hice todo lo posible por lograr algo positivo. Pues bien, la chica en cuestión se llama Paola, ella es muy bonita, delgada, 1.65 de estatura, no muy voluptuosa, aunque su cuerpo es la envidia de muchas y el deseo de muchos, sus labios me encantan, son delgados, ojos claros, nariz respingada y cabello castaño claro, el cual combina perfectamente con su color de piel, es blanca y facciones tipo francés.


Desde que la conocí nos llevamos muy bien, es un año menor que yo y coincidíamos en muchos lugares de la universidad. Le perdí la pista algunos años y una vez, como suele suceder, la encontré caminando por el zócalo de la ciudad. A mi me dio mucho gusto el haberla encontrado; le invite un café y platicamos, no se había casado y según me dijo, tenía ganas de iniciar una relación seria. Como siempre me había gustado, la invité a cenar; acordamos que sería el siguiente sábado. Llegué a un restaurante que se encuentra en las afueras de la ciudad, el nombre no lo diré por obvias razones, solo puedo comentar que en épocas antiguas fue una hacienda muy grande y muy bonita y me puse de acuerdo con el gerente, que es amigo mio para hacer algo inolvidable. Un día antes de la cita, fui a una tienda de ropa, compre de todo, desde zapatos hasta camisa, pasando, claro por calcetines, jejeje. Llego el gran día: pase por ella en mi vehículo, en ese entonces tenia un Cavalier Z10 azul, hermoso carro y combinaba a la perfección con la pareja tipo joven. Llegamos hasta el restaurante donde nos recibió el gerente, el cual hizo como que no me conocía, era parte de la sorpresa.


Entramos, tomamos una mesa en un salón apartado y pedimos de cenar, yo una ensalada Cesar y después un filete en salsa de Burdeos que siempre me encanto y ella solamente ordeno una ensalada de espinacas. Pedí una botella de vino tinto, Marques de Riscal. Decantaron la botella y terminando la cena, paso el gerente a preguntar si todo estaba bien, yo le había estado comentando a Paola que ese lugar había sido una hacienda hermosa, así que cuando le comenté a mi amigo que nos la mostrara, accedió a darnos un tour. Nos llevo por la cocina, misma que tenia mas de 300 anos de creada, pasamos por 4 salones de fiestas, el proyecto de una discoteca, un teatro donde en su momento Don Juan de Palafox y Mendoza veía obras de teatro y un sin fin de lugares, hasta que llegamos a una pequeña escalera que tenía una mesa para dos personas, una rosa, una decantadora con dos copas de vino, un puro y un cenicero, estaba adornado con muchas veladoras alrededor; en ese lugar comento el gerente: señorita Paola, este lugar esta reservado para una persona muy especial, ¿le gusta? Ella dijo que si, que era muy romántico y que se notaba que la persona que había preparado eso era muy detallista, a lo que continuo: Mi amigo que esta a su lado preparo todo esto para usted, espero que sea de su agrado. El ver la cara de asombro de ella, valió la pena, se quedó como tonta durante unos minutos, asombrada, emocionada, extasiada. Llego un mesero en ese instante con el postre, un plato grande y una rebanada de pastel que tenía anotado con chocolate derretido: "Paola, ¿quieres ser mi novia?


Ahí le recité al oído un verso que le había escrito, sirviendo de fondo musical el sonido de un río que pasaba a pocos metros de nosotros. Se le escurrieron dos lagrimas, una de cada ojo, y así como estábamos, me dio un beso en la mejilla y me dijo: "Este momento no lo voy a olvidar, es mi promesa, eres un gran amigo, me siento afortunada de tenerte cerca". Y así quedo todo. Cuando la lleve a su casa, se bajo del carro, volteó y me dijo: "gracias, fue una noche inolvidable", y yo me quede enamorado, gastado, ilusionado y peor aún: ebrio, ya que ella no probó el vino y me lo tomé completo. De esta experiencia puedo deducir que: 1.- No importa que tanto te esfuerces ni que tan detallista seas, si te van a mandar a la fiendzone, lo van a hacer sin importar que hagas. 2.- Es malo ordenar en un restaurante antes que la chica, por mas que tarde en pedir sus alimentos es mejor a que pidas dos tiempos y ella solo uno, quedas como un tragón. 3.- Asegúrate de que van a compartir el vino, pues si ella no quiere, debes tomártelo todo y si no lo acostumbras, se te sube muy rápido y hasta cruda te da. 4.- Este punto es positivo, debes fijarte en que nadie vea cuando te mandan a la fiendzone, porque es muy penoso que después del detalle los amigos te hagan burla de que te quedaste solo.


Comments


Also Featured In

    Like what you read? Donate now and help me provide fresh news and analysis for my readers   

Donar con PayPal

© 2023 by "This Just In". Proudly created with Wix.com

bottom of page