El decir la verdad
- Por Ricardo Miranda
- 4 ene 2018
- 4 Min. de lectura
Desde la niñez nos es enseñado a decir la verdad, pero, ¿que es eso?. Antes que nada, debemos saber la definición: según la RAE (Real Academia de la Lengua Española) es "conformidad entre lo que una persona manifiesta y lo que ha experimentado, piensa o siente", entonces cuando decimos la verdad es simplemente lo que sucedió, ni mas ni menos. A nuestros padres no hay algo que les moleste mas que una mentira de parte de nosotros, pero, ¿quién miente? Miente todo el mundo, sea niño, niña, joven o adulto.

Hay varios casos de mentiras ya famosas, mismas que se le cuentan a los niños a manera de evitar que lo hagan, una de las más famosas es lo que le pasó a Pedro y el Lobo, y es que por hacerse el chistoso, le salió mal la experiencia y tuvo un final no muy feliz. Otro ejemplo clásico es el que hizo película el mismísimo Walt Disney: Pinocho, la marioneta que no debía mentir o le crecería la nariz. Pero, ¿que sucede cuando no se miente?

Reza el dicho popular que un niño y un borracho siempre dicen la verdad, y tiene algo de cierto. Hoy les platicaré de una ocasión que tuve una dificultad por hacerle caso a mis padres y decir la verdad. En esa ocasión tenía una relación con una chica llamada Vero (o Veritos como le decía de cariño), no era muy bonita, pero su boca me enloquecía, unos labios que aún saboreo, y sabía besar divinamente. Ella es delgada, con un cuerpo muy bien proporcionado (pues ya me lo había proporcionado a mi, jejeje), sus ojos son muy brillantes, la hacen ver muy coqueta, su nariz y el resto de sus facciones no hacen mal papel, y aunque existen miles de chicas más bonitas, también es más bonita que miles, y yo me sentía muy bien a su lado.

Pues bien, ella siempre fue la aplicada del salón, sacaba diez en casi todo, menos en historia de México, ahí si le ganaba y muchas veces le explique algunos datos. En esa ocasión fui con los amigos a jugar futbol, deporte que me encantaba y que aún practico, pero por lluvia el partido no se llevó a cabo. Entonces salió Pedrillo con la brillante idea de ir a su casa. Invitó a dos de sus amigas y casualmente una de ellas había sido mi novia en la infancia. Rosario, alta, bonita, morena, con ella tuve una relación de novios de primaria, de manita sudada, fue de las primera personas que besé, como dato relevante, aún no sabíamos besar, pero igual lo disfrutamos. Nos tomamos unas cervezas y terminamos en el agasaje, aunque ella tenía novio y yo andaba con Vero, el calor de la cerveza y la química que sentíamos nos hizo caer. Al otro día, cuando vi a mi noviecita hermosa a la que tanto quería, le invité un café. Estuvimos platicando plácidamente, hablamos sobre matemáticas, español, inglés, física e historia. Empezábamos a planear nuestro fin de semana cuando me agarró distraído y me preguntó: ¿que tal el partido de ayer?, ¿no te mojaste mucho? Yo, con mi pecho sano y sin pensar le dije que el partido se había suspendido por lluvia y que habíamos ido a casa de Pedrillo.

Se me quedó viendo con cara de sorpresa, y me preguntó: ¿y que hicieron? En ese momento me di cuenta de mi error, pude haberle dicho que me había ido a mi casa, a la biblioteca, a un table, incluso si le hubiera dicho que había ido con una prostituta no se hubiera molestado tanto. Ella conocía la fama de Pedrillo (un amigo que se llevaba bien con todos, aparte de tener un pegue tremendo con las chicas de toda la facultad), inmediatamente dedujo lo que había sucedido, y no le era difícil investigar quienes habíamos estado en ese lugar. ¿Que creen que sucedió después?. Efectivamente, me cortó, y aunque me perdonó en días posteriores, si me tuve que emplear a fondo. Gasté muchísimo en flores, chocolates, le mandé versos y hasta le llevé serenata, y lo peor es que me dejó como un rogón a los ojos de toda la facultad, así mismo le dejó claro a Rosario quien era la novia y quien no, y le grito lo que le sucedería si volvía a verme o a buscarme, y lo peor es que tuve que portarme a la altura durante el tiempo que anduve con ella, pues ya tenía algo que echarme en cara siempre que reñíamos.

Así que en esta vida debemos saber cuando no decir la verdad, aunque la inocencia muchas veces nos gana, hay que pensar mucho antes de abrir la boca, pues como dice el dicho: "El Richard (pez) por su boca muere". De esta experiencia debo deducir que: 1.- Mi etapa de niñez ya pasó, así que si mis padres no me regañaron ni pegaron por mentir, ahora de adulto nadie me impide hacerlo. 2.- La cerveza aunque es muy rica, no es muy buena, ya que ella me orilló a estar con Rosario. Si hubiera estado en mi juicio nada hubiera sucedido. 3.- Pedrillo es un buen amigo, pues pudiendo invitar a otro compañero, me invitó a mi (vientos compadre). 4.- Algo positivo es que todo lo que hice por reconquistar a Vero, todo mundo lo notó y eso me dió fama de caballero y detallista, así que me convertí en popular con muchas compañeritas, y 5.- Nunca le cuentes a tus novias lo que haces, ya que aunque no hagas cosas malas, ellas imaginan siempre lo peor.
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