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La inteligencia en los niños

  • Por Marlene Zavala
  • 11 dic 2017
  • 4 Min. de lectura

Estamos acostumbrados a platicar con nuestros familiares, amigos y conocidos acerca de los hijos y siempre sale en la conversación la inteligencia. Una de las experiencias que más recuerdo acerca de mi papá es de cuando se ponía a presumir mis calificaciones, pues tuve suerte de ser del cuadro de honor en casi todos los grupo escolares en los que estudié y siempre me cubrí con la capa de ser la inteligente de la familia.


En matemáticas, física y química casi nunca presenté examen, ya que por lo general me exentaban y esa era una causa de orgullo para la familia, ya que de los hermanos que somos, fui la única que lo consiguió. Pero, ¿que tan bueno es eso? Ahora que soy mayor he investigado acerca de éste tema y llegue a la siguiente conclusión: Existen siete tipos de inteligencia y éstos son: kinética-espacial (conocimiento y control físico), musical (facilidad para la música), lógico matemática (comprensión de la lógica y las matemáticas), lingüistica (habilidad con el lenguaje), inter-personal (facilidad para tratar con otras personas), intra-personal (entendimiento personal) y visual-espacial (entendimiento de los espacios), y aunque puedas destacar en una o varias de ellas, no precisamente debes hacerlo en todas.


En mi caso, siempre me encontraba en casa o en la escuela, estudiando mucho y aunque para las ciencias exactas era muy buena, para la lingüistica, por ejemplo, siempre fui malísima, tan es así que sacar 8 de calificación en español o ingles, aunque era frustrante para mi, dado que estudiaba muchísimo, nunca pude tener calificaciones sobresalientes. Tenía varios amigos y amigas que no dominaban la escuela en lo referente a matemáticas, pero en cambio dominaban la inteligencia kinética-espacial, o dicho en otras palabras, el deporte. Siempre fue para mi un tema de desilusión el nunca haber podido batear ni siquiera un balón de basquetbol, aún teniendo amigas que eran seleccionadas de la escuela en beisbol y que iban a competir en nacionales incluso, pero a mi se me negaron los deportes. Unos amigos formaron una rondalla, pero, ¿que tan difícil es poder ejecutar una guitarra?, y el otro impedimento, ¿es tan complicado el poder cantar afinadamente?, creo que nunca sabré que se siente hacerlo, pues es algo que nunca se me dio.


Habiendo estado "recluida" en libros y paredes, pues eran el lugar idóneo para estudiar y hacer lo que me gustaba, el tener una relación de amistad se me dificultaba y se me sigue dificultando, pero por otro lado, siempre envidiaba a los compañeros que podían hablar delante de toda la escuela, no es posible que a una persona "tonta" se le facilite tanto desenvolverse en público, eran los tradicionales "populares" del salón, y ellos siempre fueron los líderes, esos a los que había que seguir, siempre acompañados, siempre estimados, eran los mejores amigos de varios, que envidia me daba el no poder relacionarme como ellos, pero en fin, se me negó ese talento.


Después de analizar cuidadosamente este tema, me doy cuenta de algo importante: no importa que un niño no destaque en alguna materia, pues los padres suelen regañar y hasta golpear a un niño si reprueba una materia, ¿pero que sucede si esa no es la inteligencia que tiene?


Yo creo que la diversidad de materias que enseñan en la escuela es precisamente para que los padres se den cuenta de cual es la ciencia en la que podrían destacar sus hijos, ya que si un niño saca 10 en idiomas, y al mismo tiempo es popular, es posible que pueda ser un excelente secretario de relaciones exteriores, y la tarea de los padres sería alentarlo a que estudie una carrera afin.


Así mismo, no deberíamos obligar a un niño a estudiar idiomas si se le da la música, sería matar las aspiraciones de un posible Mozart o Beethoven, o de un Lennon o Morrison, o tal vez de un cantante tipo Placido Domingo o Andrea Bochelli, tan necesarios en estos tiempos.


No es correcto obligar a un niño a que saque 10 en todas sus materias, ya que por un lado puede llegar a detestar la escuela y por otro lado, va a perder mucho tiempo de su niñez sentado, tratando de entender algo que no se le da y dejando de vivir lo que debería disfrutar siendo un niño, correr, reír, jugar, pasear, por mencionar algo, por ese motivo, creo que la tarea de todo padre es el estar atento a sus hijos, el analizarlos, el estudiarlos, debe darse cuenta de que es lo que se le facilita, no podemos olvidar que el éxito no se resume precisamente en el tener dinero, las personas exitosas son aquellas que hacen lo que les gusta, y aun así les pagan por lo que hacen. Para rematar este articulo diré algo que tal vez sea redundante, pero eso me enseñó la experiencia: "el verdadero trabajo de encontrar un trabajo, es que no sea un trabajo, sino algo que se disfrute y aun así te paguen por hacer ese trabajo".


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