Aburrido???

Chiste - Una pareja se acaba de casar, y a las dos semanas la chica se pone a cantar y el esposo se asoma a la ventana. Entonces la mujer le pregunta: - ¿Por qué cuando canto te asomas a la ventana? Y el marido dice: - Para que no piensen que te estoy pegando...

Frase celebre - La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho, habla poco. (Platón.)

Refran - EL QUE ES BUEN GALLO EN CUALQUIER GALLINERO CANTA. (Las aptitudes, el talento, la cordura se demuestra donde quiera, cuando es necesario,sea cual sea el medio en el qué se esté.)

Nota curiosa - Quemas más calorías durmiendo que mirando televisión.

Personaje Excéntrico - HELIOGÁBALO (204-222) Nadie con ese nombre podía ser una persona normal. Aunque sus padres lo llamaron Marco Aurelio Antónino, este emperador romano que gobernó de 218 a 222 adoptó el apelativo de Heliogábalo, un dios fenicio relacionado con el erotismo. Desde pequeño le rindió culto y realizaba en su honor rituales fálicos de contenido homosexual, torturaba animales y solía vestirse de mujer. Cuando fue proclamado emperador de Roma, profanó a una virgen vestal y ordenó que se adorara a Juno, la diosa de las prostitutas. Tras su fallido esfuerzo para cambiar de sexo, por las noches se disfrazaba, salía a las calles y prestaba servicios gratuitos en los burdeles. Organizaba banquetes fastuosos que culminaban en orgías, y se cuenta que durante uno de ellos quiso asfixiar a los invitados dejando caer toneladas de pétalos de rosas. Exigía extrañas encomiendas a sus hombres de confianza, Exigió, por ejemplo, que le llevaran mil libras de telarañas a cambio de una recompensa. La historia Augusta reporta que el encargo se cumplió y él las almacenó como una prueba más de la grandeza de Roma. Sostuvo relaciones con criados y cocineros, y finalmente se enamoró de un fornido esclavo llamado Heracles, con quien contrajo matrimonio. Se le ocurrió abdicar a su favor y ponerlo al mando del Imperio para convertirse, él mismo, en emperatriz. Pero ni siquiera la corrompida sociedad romana podía tolerar semejantes excesos. Los guardias pretorianos organizaron una conspiración para asesinarlo y sus restos fueron arrojados a la Cloaca Máxima, uno de los primeros sistemas de drenaje en el mundo, que años después también recibió el cadáver flechado del mártir San Sebastián.